jueves, 24 de enero de 2013

Los peligros de una única historia.

Queremos empezar mostrando el vídeo que inspira la temática de esta entrada:


El discurso de Chimamanda Adichie ilustra perfectamente el problema de los medios y su responsabilidad por la enorme influencia que tienen en las personas. Ya dentro de la prensa nacional podemos hablar de las grandes falacias creadas para favorecer unas u otras decisiones en función de intereses político-económicos. Pero yendo más allá debemos concienciarnos de como el poder a nivel internacional influye en los medios y cómo estos cambian la concepción que se tiene de un país, de su cultura, de su gente. Por no hablar como dice Adichie de todo un continente. Porque en el caso de África, y sobre todo en el de la zona subsahariana, sólo se habla de la extrema pobreza, los paisajes de la sabana con sus majestuosas bestias, las guerras civiles sin sentido, las guerras que no se explican, el contrabando que nunca tiene nombres propios, en definitiva: el desamparo de pueblos y pueblos enteros incapaces de gobernarse a sí mismos. Y no sólo debemos preguntarnos de dónde vienen estas ideas, si no porqué no hay otras ideas. ¿Porqué los medios, o los intereses tras los medios, quieren que sólo sigamos viendo esa única cara de la verdad? A continuación queremos citar algunos ejemplos de los tópicos que los medios nos han hecho ver sobre ciertos países de Sudamérica.

En la prensa española, la presencia de los países de esta zona tiene mucha relevancia. Es algo natural dado que compartimos lenguaje, costumbres y hasta hace 100 años invadíamos sus tierras, por no hablar de que los intereses de muchas empresas multinacionales con origen en España, y que han amasado sus fortunas expandiéndose en y explotando estas zonas, se ven afectados por las políticas que se llevan a cabo allí.



Podemos empezar por ejemplo con la imagen de Colombia en el mundo como el país de la droga por excelencia, donde nace y se reparte la cocaína del mundo (que en gran parte pasa primero por España). Éso y las continuas desapariciones y secuestros llevados a cabo por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) para ejercer presión política sobre el gobierno democrático, son las noticias más destacadas sobre Colombia. Y si no, dirijámonos a un periódico cualquiera.

http://www.elnuevoherald.com/2013/01/23/1390551/asesinan-a-indigena-atribuyen.html

http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/6911553.asp

http://www.bbc.co.uk/news/world-latin-america-20019506

Si la única imagen que pudiésemos obtener en el mundo fuera a través de los medios, en estas noticias u otras, si no existiese Internet (y aún a pesar de ello probablemente la existencia de Internet solo esté empeorando algunos estereotipos por simple abundancia), o la posibilidad de viajar para conocerlo de primera mano, no habría más secuencia lógica que la de dar la razón a los estereotipos. No decimos que estas noticias no sean reales, lo son, las cosas malas ocurren, pero si solo aparecen estas cosas malas sobre ciertos países en los medios, ¿qué clase de imagen obtenemos de ellos? Si estas son las noticias de Colombia esto es Colombia, pero quizá sea algo más. De visionado imprescindible:






El caso más sangrante quizá sea el de México.

http://www.el-nacional.com/mundo/Detienen-policias-Mexico-presuntos-organizado_0_120590356.html

http://www.periodico26.cu/index.php/es/delmundo/5000-desarticulan-en-colombia-banda-que-traficaba-droga-a-brasil

http://www.sexenio.com.mx/articulo.php?id=24245

http://noticias.univision.com/narcotrafico/noticias/article/2013-01-18/decomisos-cocaina-marihuana-mexico-tamaulipas-aeropuerto#axzz2Iq6QQ0FT

Este país, limítrofe con la que durante prácticamente un siglo ha sido la primera potencia mundial, es el país de la inmigración. Podemos comparar la imagen que en EEUU se tiene de los mexicanos con la que aquí en España se tiene de los marroquíes y los subsaharianos: toda su cultura reducida al terrible viaje, lleno de peligros y con pocas posibilidades de éxito y muchas de acabar muerto, para cruzar la frontera y llegar a esa tierra prometida de amor. De hecho la imagen que se tiene de muchos países en EEUU ha sido extendida a todos los demás, infectando con su punto de vista los agenda setting del mundo. De hecho hasta con el suyo propio.

http://www.diariohorizonte.com/noticia/16997/crimen-organizado-en-mexico-amenazan-con-asesinar-sacerdotes

http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/44538-m%C3%A9xico-las-autodefensas-comunitarias-frente-al-crimen-organizado-en-guerrero-%E2%80%9Cno-son-harina-del-mismo-costal%E2%80%9D.html

http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/corrupcion-lavado-y-crimen-la-desventaja-de-mexico-kroll-1358782328

http://www.elarsenal.net/2013/01/17/designa-eu-a-familia-meza-flores-como-nuevo-cartel-de-drogas/

http://www.avn.info.ve/node/152579

http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=73217

Es de sobra conocido: los carteles de la droga, los túneles que conectan con el sur de EEUU, las mafias que llevan a los pobres mexicanos a cruzar la frontera, el continuo desgaste que supone eso para los pocos bienes públicos que hay en ese país, en sanidad o educación, y la alta peligrosidad de los barrios en los que van a instalarse. Es cierto. Existen los carteles de la droga a los que de forma continua deben enfrentarse las fuerzas del estado de ambos países y que aun así se enriquecen cada día más a costa de quien no tiene más remedio que traficar para sobrevivir y a costa del continuo consumo de estas sustancias. Y llenan un país que demanda droga con el producto demandado. Pero el problema de la droga en EEUU, ¿es sólo de que los mexicanos la lleven? Veamos el ejemplo de la aclamada serie de televisión Weeds:


O el caso de la varias veces premiada Breaking Bad, que en efecto es una obra de arte y que recomiendo por su calidad aunque esté repleta de esta clase de tópicos se basa en qué es lo que se hace en el lado americano de la frontera más que en los típicos carteles mexicanos. Se ve sobre todo en el primer vídeo cuando el protagonista se representa a sí mismo como el malo, el peligroso, sin culpar a los mexicanos o hacerse la víctima, pone en sí mismo la responsabilidad de sus acciones.







Y podríamos hacer una lista muy larga de películas, libros o videojuegos, de cualquier producto mediático en general, que incitan al consumo de droga, o muestran conductas altamente permisivas, en los EEUU. Todas con origen en este país. Si lo que se quiere es luchar contra el consumo y el tráfico de droga debería lucharse contra la imagen que se tiene de la droga, deberían crearse programas de educación sobre el uso responsable de cualquier sustancia adictiva, sobre el efecto de las drogas en el organismo y la vida de los jóvenes, y también de los adultos, invertirse en programas de desintoxicación efectivos y sistemas de apoyo, en una buena salud física y mental para la población estadounidense. Y así, quizá, independientemente de las series de conducta permisiva, o quizá con ayuda de esas series, se mejoraría un problema que es tan grave, y digo mejorar porque quizá sea imposible del todo erradicar problemas como este.
El caso de los túneles o el cruce de la frontera es el mismo que el de las pateras: El que viene de fuera es un invasor, un ladrón. Esa imagen no nos es ajena, los problemas de racismo y de convivencia surgen de la incomprensión y el malestar social, y se apoderan de la sociedad y empeoran el concepto que tiene del inmigrante. Pero el inmigrante, ¿es realmente culpable de no tener más remedio que ser explotado laboralmente a kilómetros y kilómetros de su hogar para poder comer? ¿Es él el que decide pagar auténticas fortunas a las mafias en plena posesión de sus facultades o lo hace por desesperación? ¿Somos incapaces, tan pocos años después de que se sucediesen las oleadas de emigrantes que salieron de España a buscarse la vida a otros países europeos, de comprender qué significa emigrar y ver más allá de lo que nos dicen que veamos? O los EEUU, un país cuya población originaria esta prácticamente extinta y sobrevive en las llamadas reservas. Precisamente una nación con algo más de 200 años de historia, con algo más de 315 millones de habitantes, creada a partir de la inmigración desde todos los rincones de cualquiera de los otros continentes y las partidas de esclavos africanos llevadas por los ingleses, es incapaz de comprender la inmigración y culpa a los inmigrantes del estado de su sociedad. Y en vez de cuestionarnos esa ironía, desde luego la mayoría de la población blanca de EEUU, culpa a los individuos. Pero la verdadera culpa del desgaste de los bienes sociales en el país es la ausencia de interés por fomentar los bienes sociales que tiene el poder. Y les resulta más rentable encontrar a un chivo expiatorio porque el ciudadano decide creerlo y no reivindicar algo mejor.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102213




Cuba, por otro lado, tiene un historial de enfrentamiento directo desde hace años con los EEUU, historial que ha provocado que la imagen que se tiene de Cuba en este país se expanda a otros países, principalmente por el poco poder que como nación pudiese tener esta pequeña isla, y que en realidad surge de su posición estratégica por un lado y de las relaciones con países de ideales o régimenes similares. Desde la Guerra Fría el régimen comunista de Cuba fue el enemigo más cercano de los norteamericanos, éstos, que demonizaron el régimen y lo persiguieron en sus fronteras, encontraron muy cerca de sus costas a un aliado de su peor enemigo. Caída la URSS, EEUU sigue teniendo en mente la imagen de los cubanos como el enemigo inevitable, y esa es la imagen que se tiene de ellos dentro del común de la sociedad (como siempre suponemos que existen excepciones). El inmigrante, de nuevo, que esta vez huye de la opresión de su gobierno, y no sólo de la pobreza, que huye del abandono, la racionación de alimentos y productos de consumo, o la posibilidad de acabar siendo un preso político por expresarse.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=78325

http://www.infobae.com/notas/689237-Los-dictadores-tambien-se-mueren.html


Todo esto, en términos generales es real. Pero la otra cara de la moneda es que Cuba es uno de los países con menos gente en porcentaje por debajo del umbral de la pobreza. No hay libertad política, y las opiniones pueden llevarte a la cárcel, sí, pero nadie muere de hambre o sin un techo sobre su cabeza o por falta de asistencia sanitaria. Uno de los vídeos que mejor ejemplifican la diferencia entre la realidad y la imagen única que se tiene de Cuba es Sicko, el documental de Michael Moore sobre la sanidad y los servicios sociales en EEUU. Éstos dejan cada día al borde de la más extrema pobreza a la gente más necesitada al cobrar sumas astronómicas por tratamientos determinados, o que niega la asistencia directamente a todo aquel que no pueda pagar ya sea su estancia en el hospital o sus medicamentos.


El momento clave es cuando, tras presentar todos los problemas que existen dentro del país, y después de ver el ejemplo de la sanidad francesa, que tiene un funcionamiento similar al español y una prestación social de calidad que ampara a sus ciudadanos, Moore decide viajar con un grupo de gente que vive en las peores condiciones posibles dentro de EEUU por culpa de diversas enfermedades a Cuba.  De hecho algunos de los enfermos son afectados de la caída de las torres gemelas, voluntarios que trabajaron en el rescate y limpieza de la zona cero, policías, bomberos, y que a pesar del valor que demostraron en aquel momento, ahora han sido abandonados por el país al que sirvieron. Aunque la idea que pudiese tener el americano de a pie sobre cómo le tratarían en este país de barbarie, la realidad es que al llegar cuidan al grupo y tratan a algunos de los enfermos e incluso le dan medicamentos completamente gratuitos sin pedirles en ningún momento nada salvo su nombre y la relación de sus síntomas o cual es su enfermedad, si acaso, en algunos medicamentos, unas pocas monedas por valores inferiores a los 10 dólares. Así que quizá no solo sean el país de los habanos, el ron, el comunismo y el hambre.



Brasil, por ejemplo, es una potencia emergente, en los últimos años han surgido más historias sobre este país y algunas de ellas mucho más positivas. Las elecciones, la capacidad de cambio, el surgir de una industria nueva e innovadora, los proyectos sociales en las fabelas, etc. De todos estos, en parte algunas empresas o entidades españolas son partícipes, no vayamos a pensar que esta publicidad es sin ánimo de lucro. Así que ha pasado de ser el país del sol, el fútbol, la droga, la samba y las fabelas a ser una potencia emergente. Y su emergencia dependiente de empresas americanas, europeas, chinas, y también nacionales claro, por las políticas llevadas a cabo hasta ahora, las reformas, y la gran gestión, la ha hecho digna de contar más que aquella única historia. Ahora sí podemos ver otras caras de Brasil como país de playas hermosas, país de paisajes, de relax, de grandes monumentos y edificios, país de educación constante, trabajo, empeño, país que va ganando fortaleza y poder dentro del entramado internacional al fin y al cabo. ¿Será por eso que ahora si podemos ver la cara buena de Brasil en las noticias?


Y es que no abundan sin embargo al buscar Colombia, Ecuador, Puertorrico, República Dominicana, Cuba, Chile, Panamá, Perú, México, etc... las noticias positivas. Y repetimos, es cierto que ocurren cosas malas en esos países, como en todos, pero si existen noticias buenas sobre otros países.


De hecho, por un momento, parémonos a pensar en las veces en las que hablando con un extranjero, o leyendo prensa o literatura extranjera, por no mencionar las películas, hemos visto una serie de tópicos increíble e irritante sobre nuestros propio país. Que si toros, que si fiesta, que si paella, tortilla, sangría, vagos, maleantes, playa, sol y buen tiempo. Y cuando nos vemos en el espejo de la única historia, sea esta la que sea, y contamos las innumerables diferencias entre lo que la prensa les muestra y la realidad que vivimos, por un lado nos sentimos como dice la autora: auténticamente españoles. Pero por otro, la indignación o la incompresión nos abruman, porque no sabemos en qué momento nos convertimos en esa única historia que existe, pero que no nos define en absoluto, y menos por completo.



EEUU, ya que como hemos dicho es un país que influencia mucho la opinión de los demás países a través de la prensa, y que entre otras cosas es uno de los países con más muertes al año por arma de fuego o por violencia callejera, no ha dejado de ser el país de las oportunidades, las grandes películas, las grandes universidades, las estrellas del cine y la música, los teatros, las avenidas, el consumo, el country, los cowboys, las grandes raíces sureñas, sus debates políticos, las campañas, el glamour, las miras muy cerradas y las mayores controversias, enormes hospitales, series de televisión con presupuestos astronómicos, la NASA... todas esas historias caben en los periódicos día a día sobre EEUU.

Y a pesar de ser el país en el que suceden matanzas como la de Columbine o Newtown, a pesar de las muertes, la violencia, el consumo de drogas, las mafias, los problemas de convivencia social, de no adaptación, las dificultades económicas de muchos, el alto índice de pobreza dentro de sus fronteras, los nefastos y casi nulos servicios públicos, o la degradación continua que sufre la cultura... sigue siendo considerado el líder social y cultural del mundo. ¿Por qué? ¿Acaso el poder, que no puede silenciar algunos casos no tan aislados de violencia dentro del país, utiliza todos estos elementos para distraer a su propio pueblo y de paso nos infecta de nuevo con sus titulares a todos los demás que seguimos viendo esperanza donde la realidad no es así? Porque sí, sigue siendo uno de los países con menos tasa de paro del mundo, hay oportunidades siempre que haya intención de trabajar, y el futuro puedes labrártelo y llegar muy alto, no vamos a decirle que no a Hollywood. Pero aún así, parémonos a pensar, ¿cuántos casos se dan de gente que viviendo dentro de sus fronteras vive en la extrema pobreza, que no puede llegar a terminar sus estudios como querría o no puede terminarlos en absoluto por falta de medios? La esperanza de un futuro mejor es una entre un millón, y sin embargo si esa entre un millón es la única que se cuenta, entonces parece que todos podemos tener esperanza. Todas las chicas nerd del mundo pueden tener al futbolista, todas las aspirantes a actrices, a cantantes, a iconos de la moda, pueden serlo, todos podemos ser superhéroes, todos podemos ser supervillanos, y todos podemos coger un arma de fuego, volvernos locos y liarnos a tiros con el mundo entero.



La única conclusión viable, es la misma que la del vídeo con el que partimos. La historia única es peligrosa, siempre. Siempre hay más caras de la verdad, siempre se pueden contar más historias que no se cuentan. Cuando todo es demasiado negativo siempre hay cosas positivas, pero cuando todo es positivo también tenemos que buscar las cosas negativas. Si solo compramos lo que nos quieren vender, quizá acabemos mal alimentados informativamente, y desde luego tendremos una visión muy parcial de las cosas. Creo que en realidad el verdadero problema al que el lector o espectador debe enfrentarse es a que la visión de la información en los medios no es blanco o negro, no hay que desconfiar de todo ni tampoco creerlo todo. Hay que ver más allá, hacer un visionado crítico y reflexivo sobre lo que se ve, y buscar por otros medios otro tipo de noticias diferentes. Otras versiones de esa misma noticia, sí, pero también otras historias de esas mismas versiones. Sin este proceso en el que nos preguntemos: ¿por qué podrían querer los medios, las empresas o los gobiernos que pensásemos así de estos países, culturas, empresas o individuos?, no puede existir un visionado que sea coherente con el mundo en el que vivimos. Sabremos y opinaremos lo que ellos quieren que opinemos. Las masas, los gobiernos, las empresas, el dinero, los intereses. Siempre será otro el que decida de qué hablaremos hoy en la mesa y de qué no. Siempre será otro el que nos diga qué país conocer y cual no. Siempre será otro el que nos cuente quién es el extraño de ojos oscuros que nos mira de frente en el vagón de metro o en la parada del tren. De hecho será el que nos haga pensar que son oscuros.


Lidia Bedoya
Sara González Ruiz

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